Antes: Venía de trabajar en distintas clínicas aplicando tratamientos a comisión. A pesar de tener carisma y presencia en redes, no tenía reputación ni experiencia manejando su propio negocio. Estaba por abrir su clínica estética con la expectativa de pasar tres meses vacíos, sobreviviendo con los ahorros de años. No sabía cómo atraer pacientes, vender ni sostener el negocio de forma rentable.

Después: Al comenzar con Aristeia, todo cambió desde el primer mes. Alcanzó las proyecciones que había estimado para el cuarto mes, sin usar sus ahorros. Pagó todos sus gastos fijos y variables, e incluso pudo ahorrar e invertir. Su mentalidad y forma de manejar la clínica se transformaron: aprendió a vender sin sentirse incómoda, entender el negocio detrás de las redes y contratar con estrategia. Hoy su agenda está llena, recibe pacientes nuevos todas las semanas y su clínica está creciendo con un sistema sólido y rentable.